La tormenta
Le cogió la tormenta, en mitad del tupido bosque. Recordó que, cuando era niño, le explicaron que durante las tormenta, no debía refugiarse debajo de los arboles. Pero miro a su alrededor, y no vio ningún claro, eran todo arboles. Y los rayos seguían cayendo.
El capitán
Navegaba rumbo sur suroeste, el galeón con todas sus velas desplegadas. Comandaba la flota. Su capitán, ufano y altanero, oteaba el horizonte. Se relamía, pensando los parabienes que le esperaban al arribar a puerto. Había vencido en la batalla. Pero fue condecorado por un golpe de mar.
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